« Media habitación, eso no existe », se mofa Rachel, una de las huelguistas del hotel Ibis Batignolle. « Queremos que se baje el ritmo a tres habitaciones por hora y no tres y media », exige esta camarera de piso de unos cuarenta años de edad, originaria de Costa de Marfil. Las camareras de piso de este hotel de tres estrellas, situado a las puertas de París, son empleadas del subcontratista STN, grupo familiar especializado en la higiene y la limpieza.
En poursuivant votre navigation sur Mediapart, vous acceptez l’utilisation de cookies contribuant à la réalisation de statistiques et la proposition de contenus et services ciblés sur d'autres sites.
« Media habitación, eso no existe », se mofa Rachel, una de las huelguistas del hotel Ibis Batignolle. « Queremos que se baje el ritmo a tres habitaciones por hora y no tres y media », exige esta camarera de piso de unos cuarenta años de edad, originaria de Costa de Marfil. Las camareras de piso de este hotel de tres estrellas, situado a las puertas de París, son empleadas del subcontratista STN, grupo familiar especializado en la higiene y la limpieza.
Continúe su lectura, solamente por 1 euro ! Me subscribo
Está suscrito?
Iniciar la sesión
No está registrado?
Registrarse
Elija una oferta de suscripción para leer todo Mediapart.
Registrarse