La derecha francesa inicia su dolorosa reconstrucción

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Todavía tocados por la derrota electoral y cuando aún no se han recuperado del trasvase de su electorado a las filas de Emmanuel Macron, Los Republicanos han iniciado un periodo de reflexión que concluirá en otoño. Sumergida en una importante duda existencial, la derecha sabe que necesita renovarse profundamente para no desaparecer del panorama político.

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Apenas acaba de amainar el temporal electoral y la derecha empieza a medir, tocada, la magnitud de los daños ocasionados. ¿Qué le queda después de la OPA de Emmanuel Macron? El Ejecutivo inicia la reforma laboral que siempre soñó, anuncia una vuelta de tuerca en el gasto público que incluye la bajada de impuestos a las empresas... Son todos aquellos puntos que la derecha lleva años defendiendo; en materia de seguridad, el nuevo Gobierno, con el proyecto legislativo sobre el terrorismo que terminará por incluir en el derecho común la mayoría de las medidas previstas por el Estado de emergencia, no deja mucho margen para denunciar permisividad; el nuevo ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha anunciado su intención de estudiar las reformas de los horarios escolares, cuestión peliaguda del quinquenio de Hollande y contra la que la derecha ha arremetido siempre... De modo que, a la derecha, le resulta difícil atacar la hoja de ruta presentada por este primer ministro salido de sus filas.