El fantasma de la retirada del proyecto de ley sobre la reforma laboral se aleja. Así se lo hizo saber el primer ministro francés Manuel Valls a los representantes de las ocho organizaciones estudiantiles a las que recibió en Matignon; la ley ha llegado ya al Parlamento, encargado de examinarla, por lo que es impensable dar marcha atrás en estos momentos. Pese a todo, el Gobierno ha decidido tender la mano a los jóvenes. Con más o menos éxito.
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