Tan pronto como el confinamiento empieza a aligerarse, las élites económicas comienzan ya una ofensiva contra las 35 horas laborales, su vieja obsesión. Pero esta demanda no está solo basada en motivos económicos, sino en un futuro ataque generalizado contra el actual estatus del mercado laboral.
Las 35 horas están ya en el punto de mira. Mientras el confinamiento se está « levantando progresivamente », una cohorte de institutos neoliberales ya ha comenzado una gran ofensiva contra la reducción del tiempo de trabajo. Después del Instituto Montaigne el jueves 7 de mayo, la Fundación para la Investigación Administrativa y de Políticas Públicas (Ifrap), una de las puntas de lanza del neoliberalismo en Francia, hizo la misma propuesta este fin de semana: eliminar la semana de 35 horas para permitir la « reconstrucción de la economía ». Inmediatamente, en la cadena France Inter, el líder del grupo parlamentario Les Républicains (LR), Christian Jacob, se unió al estribillo del « yugo de las 35 horas ».