Por supuesto, la aritmética victoria del movimiento de Emmanuel Macron irá acompañada de grandes problemas. Esta mayoría disparatada y poco vertebrada no encontrará fácilmente su unidad. Con sus inciertas fronteras -desde los supervivientes del Partido Socialista (PS) hasta los damnificados del sarkozysmo-, esta mayoría sufrirá, sin duda, los efectos de la ley de gravitación universal. ¿Cómo, además, hacer trabajar a un genio de las matemáticas –diputado por Essonne-, con un homófono -llegado de Guadalupe-, o con un astrólogo sospechoso de ser un aficionado al fraude fiscal –elegido en el departamento de Var-?
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