De nuestro enviado especial en Dijon (Côte-d'Or).- Era el último gran mitin antes de la primera vuelta de estas elecciones presidenciales, que tendrán lugar este domingo 23 de abril. O más bien, los últimos mítines, dado que Jean-Luc Mélenchon, candidato de La France insoumise (Francia insumisa), decidió presentarse físicamente en Dijon y reproducirse, gracias a un holograma, en Nantes, Montpellier, Clermont-Ferrand, Nancy, Grenoble y Le Port (en La Reunión). El coste estimado del despliegue costó entre 800.000 euros y un millón de euros. A cinco días de la cita con las urnas, su equipo sonríe; una sonrisa, que la sombra que el terrorismo proyecta en este fin de campaña, apenas logra eclipsar. La dinámica de las últimas elecciones, que ha izado al candidato Mélenchon entre los aspirantes a pasar a la segunda vuelta, no parece haber decaído.
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