Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, es un hombre rico, aunque no se sabe cuánto. Sus detractores mantienen que posee un patrimonio que asciende a varios miles de millones de euros, fruto de la especulación y de la corrupción que impera desde que su partido, el AKP, de corte islámico conservador, llegó en 2003 al Gobierno. Aunque, hasta la fecha, no existían pruebas.
Está suscrito?
Iniciar la sesión
No está registrado?
Registrarse
Elija una oferta de suscripción para leer todo Mediapart.
Registrarse