Para desgastar al régimen iraní, cuyas ambiciones regionales son consideradas peligrosas para sus vecinos, aliados de Estados Unidos, Trump amenaza a Teherán con reforzar las sanciones y con una intervención militar. Sin embargo, numerosos países consideran esta actitud irresponsable, temiendo un conflicto en Oriente Próximo, y apuestan por la moderación.
¿Duplicidad o incoherencia de la diplomacia estadounidense? En un momento en el que las cancillerías del planeta se alarman por los rumores de guerra en Oriente Medio y en el que Washington y sus aliados locales —Israel, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos— amenazan con responder con las armas a una actitud que consideran amenazante por parte de Irán, el presidente estadounidense afirma que no quiere la guerra, sino que desea la apertura de un diálogo con Teherán.