El malestar nacionalista despierta en un momento en el que se demuestra que el Estado español no ha sabido solucionar sus pulsiones ni centralistas ni periféricas. Los nacionalismos generan comportamientos egoístas y excluyentes. Los nacionalismos se retroalimentan, la fiebre de uno se convierte en la alta temperatura de su rival.
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VivíViví mi infancia en el barrio granadino del Realejo, al pie de La Alhambra (Granada). En aquella época, hace más de medio siglo, no había turismo de masas ni apenas tráfico automovilístico en La Alhambra, así que las madres del Realejo enviaban a los niños a jugar en sus bosques y jardines. Muchas cosas de aquel recinto mágico me llamaban la atención, pero para los propósitos de este artículo solo voy a recordar la inscripción que podía leerse en algunos frisos: Imperator Karolus V Hispaniarum Rex.