Estos griegos, héroes accidentales de un mal thriller

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Se llaman Christos, Valia, Panayota, Ilias. Ellos no entienden el juego que tiene lugar en Bruselas. ¿Qué han hecho para ser víctimas de un nuevo chantaje: la máxima austeridad o la salida del euro, cuando ya han perdido sus empleos o visto quebrar sus empresas? Reportaje en las calles de Atenas.

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De nuestra enviada especial en Atenas.- Le interrumpí cuando se encontraba inmerso en la lectura matinal del periódico. El propio Barack Obama en persona ha telefoneado a Alexis Tsipras, dice el artículo. El hombre está solo, sentado en una terraza desierta de la calle Aioulou, la gran arteria peatonal del viejo barrio ateniense que rodea al mercado central. Vendedores de tejidos, de especias, comercios ambulantes, bazares de todo tipo. Hace unos años, las terrazas del barrio estaban llenas de griegos que tomaban café, antes de ponerse a trabajar con denuedo. Christos sigue acudiendo aunque ya no trabaja; hace compañía a su hijo, al frente del establecimiento. « El Gobierno alemán no escucha ni lo que le dice Obama sobre Grecia. No quiere oír nada ». ¿Por qué? « Porque Alemania le debe mucho dinero a Grecia. Nunca pagó las reparaciones de guerra. Por eso su interés en dejar caer a Grecia ».