De nuestra corresponsal en Hong Kong.- Acaban de tomarle muestras de la nariz y la garganta. Se cierran las dobles puertas automáticas, dejando a Claire (su nombre ha sido modificado) sola con su fiebre en la habitación de la unidad de casos de « alto riesgo » del hospital Christian United, en Hong Kong. Suena el teléfono.
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