La nueva matanza perpetrada esta semana por el Ejército israelí en la frontera de Gaza, mientras Benjamin Netanyahu dedicaba a Donald Trump el « día glorioso », con el traslado de la Embajada estadounidense a Jerusalén, confirma una nueva catástrofe en Oriente Medio. Irán es sólo el pretexto y los palestinos, las nuevas víctimas.
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AbyectoAbyecto. Ése es el adjetivo que eligió el lunes 14 de mayo Amnistía Internacional para calificar la violación salvaje de los derechos humanos y del derecho internacional por parte del Ejército israelí, en la frontera de la Franja de Gaza. En menos de cuatro horas, los tiradores de élite israelíes asesinaron a 52 palestinos que se manifestaban –con piedras, botellas incendiarias o neumáticos incendiados, pero sin armas de fuego–, en contra del traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel-Aviv a Jerusalén y en contra de los 11 años de bloqueo impuesto en su territorio por parte de Israel. El martes 15 de mayo, el balance ascendía a 58 personas asesinadas.