El próximo 28 de abril supone un nuevo Rubicón para la democracia española; de las urnas surgirá la posibilidad de un paso adelante o de una gran regresión. Asistimos a un cambio de época, una encrucijada de rasgos muy complejos y cargada de incertidumbres. Un terreno abonado para el surgimiento de propuestas tan sencillas como tramposas, discursos preñados de demagogia y hasta basados en puras falsedades. Salvo catástrofe definitiva en los vaticinios demoscópicos, por primera vez tendrá una representación significativa en el Congreso una fuerza ultraderechista. Jesús Maraña, director de infoLibre, socio editorial de Mediapart, analiza el paisaje político español de cara a las próximas elecciones generales.
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ÁlvaroÁlvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones, utilizó durante varias décadas un método infalible para salir elegido diputado por Guadalajara: compraba los votos. Alguna referencia apócrifa explica que a finales del XIX pagaba concretamente dos pesetas por apoyo, y que un día se presentó un jovencísimo Antonio Maura recorriendo La Alcarria y ofreciendo tres pesetas a los hasta entonces fieles votantes del terrateniente. La reacción de Romanones fue inmediata: pagó a cada uno de sus electores un duro a cambio de las tres pesetas de Maura… y el voto. Y continuó ganando.