El diez era el número uno

Por BENJAMIN PRADO (INFOLIBRE)

Maradona es en sí mismo un antes y un después, alguien que pintó una raya en el campo, él a un lado y el resto al otro, y que si ahora es una leyenda, antes ya era un icono sin equivalente en el mundo del fútbol, alguien que estaba por encima de las comparaciones y las clasificaciones porque fue algo más difícil que ser el mejor: fue único.

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Convirtió el número 10 en el número uno; hizo innecesario su nombre completo porque cuando decías Diego ya no había más que añadir; su historia mezcla de forma inverosímil la mitología y la telenovela... y así todo: Maradona es en sí mismo un antes y un después, alguien que pintó una raya en el campo, él a un lado y el resto al otro, y que si ahora es una leyenda, antes ya era un icono sin equivalente en el mundo del fútbol, alguien que estaba por encima de las comparaciones y las clasificaciones porque fue algo más difícil que ser el mejor: fue único. Y es absolutamente igual lo que hiciese fuera de los estadios, porque cuanto más se suicidaba, más inmortal se volvía. De hecho, ya lo era cuando aún estaba vivo, y eso ocurre con muy poca gente.