El martes 26 de abril, dio comienzo en Luxemburgo el juicio contra los denunciantes y el periodista que desvelaron el escándalo Luxleaks. Tres franceses se sientan en el banquillo, acusados de robo de documentos, de divulgación de secretos comerciales y de violación del secreto profesional. Un proceso que comienza en el mismo momento en el que el país trata de cambiar su imagen y los lanzadores de alerta se sitúan en el centro de la opinión pública.
El juicio que dio comienzo este martes 26 de abril en Luxemburgo, ese pequeño país situado entre Alemania, Francia y Bélgica y cuya salud económica depende en buena parte de un sector financiero hiperdesarrollado, no es un proceso más. Del 26 de abril al 4 de mayo, se juzgará a los denunciantes y al periodista que destaparon el caso LuxLeaks, el escándalo que desveló que el país había alcanzado jugosos acuerdos fiscales con empresas ávidas por instalarse en su territorio. Primero el canal France 2 en 2012 y, en 2014, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación daban a conocer cientos de documentos que demostraban lo que algunos se temían desde hacía años. Compañías como Apple, Amazon, Ikea, McDonalds o BNP-Paribas se beneficiaban de acuerdos con las autoridades luxemburguesas que les permitían pagar un impuesto de sociedades ridículo.