Desde abril de 2019, manifestantes japonesas se dan cita todos los días 11 de cada mes para reclamar la reforma de la ley sobre agresiones sexuales. Las esperanzas se han reavivado tras la victoria judicial de una de las figuras del movimiento, una víctima de violación.
Brett Kavanaugh, candidato de Donald Trump a la Corte Suprema, ha sido acusado de agresión sexual por varias mujeres. Una de ellas, Christine Blasey Ford, testificó con contundencia ante el Senado de Estados Unidos. El pasado viernes, Trump, presionado por el Comité Judicial de la Cámara Alta, ordenó que el FBI inicie las pesquisas sobre el affaire antes de que el pleno del Senado tome una decisión definitiva sobre el nominado. Mientras tanto, los republicanos mantienen su apoyo a Kavanaugh, como si nada hubiera pasado. El objetivo: que la alta instancia judicial se incline por completo a la derecha.
Miles de personas protestan en toda España contra la decisión judicial de condenar a La Manada por abusos sexuales, pero no por los delitos continuados de agresión sexual. « Vergüenza », « Si no nos matan, no nos creen » o « Si no digo nada, también es violación », fueron algunas de las consignas más escuchadas en la capital. La defensa de la víctima y las críticas a la sentencia de La Manada, un grupo integrado por cinco jóvenes acusados de abusar sexualmente de una joven durante los Sanfermines de 2016, han logrado poner de acuerdo a la práctica totalidad de la política española.
Más de un centenar de artistas e intelectuales francesas firman un manifiesto en contra de las denuncias sexuales masivas que proliferan a raíz del caso Weinstein. La tribuna, publicada en el diario Le Monde, es la encarnación de un viejo estribillo: existiría, también en este dominio, una excepción francesa que se alza contra la ola de « puritanismo » venida de Estados Unidos.
Tras la revelación del affaire Weinstein, los testimonios de mujeres que denuncian agresiones y acoso sexuales se han multiplicado en las redes sociales. Hasta la fecha imperaba la ley del silencio en una sociedad que se negaba a ver esta realidad social.
Tan solo 24 horas después de la publicación de la investigación de Mediapart, la Fiscalía de París ha abierto una investigación preliminar «de los hechos que podrían calificarse como acoso y agresiones sexuales ». El abogado de Denis Baupin anuncia una demanda por difamación contra Mediapart y Francia Inter.
Dos semanas después de la noche de Año Nuevo, que degeneró en decenas de agresiones sexuales, robos e incluso violaciones por parte de jóvenes de origen extranjero, Alemania se encuentra todavía en estado de shock. La investigación parece estancada. La extrema derecha asciende. El Ejecutivo ofrece respuestas políticas poco convincentes.