Trump o Biden: para los migrantes que se encuentran las fronteras cerradas, el cambio de liderazgo no supone ninguna diferencia. Las puertas de la inmigración en Estados Unidos siguen clausuradas. En Ciudad Juárez hay miles de inmigrantes estancados en la inseguridad, presas fáciles del tráfico de personas.
Periodistas del colectivo Investigate Europe hallan, entre las cenizas del campamento griego destruido por las llamas en septiembre, el cuaderno de bitácora que escribía el personal de la ONU. Desde la « zona de menores », los educadores de la OIM, una organización afiliada a Naciones Unidas, describen la violencia en la que estos niños estaban inmersos. Un documento exclusivo.
Este lunes por la noche, migrantes y periodistas fueron brutalmente tratados por la policía durante la evacuación de un campamento en la Plaza de República de París. Este momento de inaudita violencia parece ser el precipitado de los excesos del poder macronista, cuyos ingredientes liberticidas son obvios. Si algunos en la mayoría parlamentaria han absuelto silenciosamente muchos errores desde 2017, ¿perdonarán el deshonor?
Tras franquear la frontera franco-española, los migrantes acuden por millares a Bayona. Allí, el alcalde de centro-derecha y los activistas de izquierdas trabajan, mano a mano, en un centro de acogida de emergencia. Los exiliados descansan de la violencia sufrida en el Magreb, antes de subirse a un autobús y dispersarse por toda Francia. Reportaje desde los Pirineos.
La cuestión migratoria es la prueba decisiva para las personas que se dicen de izquierdas y que abogan por la emancipación de los pueblos y por la igualdad de derechos. Lejos de proteger las conquistas sociales, toda concesión a favor de las políticas de rechazo, de preferencia nacional o de fronteras identitarias, facilitará el ascenso de la extrema derecha.
(Lea aquí el manifiesto lanzado este miércoles 26 de septiembre por Regards, Politis y Mediapart, firmado por más de 150 personalidades, en favor de la acogida de inmigrantes)
El jueves 23 de agosto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez devolvió a 117 migrantes que accedieron a Ceuta tras saltar el vallado fronterizo con Marruecos. El convenio aplicado, firmado en 1992, establece que las personas de terceros países que lleguen a España procedentes de Marruecos pueden ser expulsados de manera exprés tras ser identificados. Las ONG dudan de que un procedimiento tan veloz -24 horas- garantice los derechos de los migrantes, que deben ser devueltos a sus países de origen.
Entre 2008 y 2017, 122.622 migrantes entraron ilegalmente en España, una cifra irrisoria frente a los 3,4 millones que lo hicieron de manera legal. La falta de cifras oficiales sobre el número de « sin papeles » favorece las hipótesis alarmistas. Sin embargo, las políticas de expulsión sitúan a España como un país de tránsito. Según los expertos consultados por infoLibre, socio editorial de Mediapart, los riesgos de una « burbuja migratoria » son ínfimos.
En una Italia donde la llegada de demandantes de asilo ha disminuido en comparación con años anteriores, el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, propaga sus comentarios xenófobos mientras las agresiones racistas se multiplican. La reacción contrasta con la respuesta griega de 2015, cuando, pese a la asfixia económica, el país acogió a miles de migrantes que llegaban a diario a sus costas.
La eurodiputada Marie-Christine Vergiat denuncia la responsabilidad de la Unión Europea en el problema de la inmigración al dejar, hace seis años, que Italia gestionase sola la acogida de migrantes en Europa, con los daños políticos conocidos. En 2013, el Consejo Europeo solo contribuyó con cinco millones a las operaciones de rescate en alta mar, mientras que Italia tuvo que financiar los 95 millones restantes.
Mediapart y el consorcio de prensa EIC revelan que el dinero abonado por la UE ha permitido a Turquía dotarse de vehículos blindados para impedir el paso de refugiados a través de la frontera con Siria. Esta operación podría haber causado numerosas víctimas entre los refugiados sirios que intentan huir de la guerra.
¿Es la política migratoria de Emmanuel Macron la « peor » que Francia ha conocido desde la Segunda Guerra Mundial? Una retrospectiva muestra que esta política no surge de la nada sino que, por el contrario, se inscribe en un progresivo endurecimiento que se aceleró a principios de la década pasada con la llegada de Nicolas Sarkozy al Ministerio del Interior.
En ruta hacia Europa, los exiliados subsaharianos que atraviesan el Mediterráneo forman parte de los supervivientes. Son inmigrantes que pusieron en peligro sus vidas en el desierto, pero también en Libia, donde son víctimas de secuestros. Miles de ellos no consiguen sobrevivir, el número de fallecidos en el desierto es, como mínimo, dos veces superior al de muertos en alta mar, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Decenas de miles de menores recorren solos el camino que les conduce hasta Europa. Según el último informe de Unicef y la OIM, los jóvenes de África subsahariana son los más vulnerables frente al racismo y la trata de seres humanos.
En sus últimas recomendaciones, la Comisión Europea invita a los Estados miembros a reanudar las devoluciones de los demandantes de asilo a Grecia, amparándose en la Convención de Dublín. La aplicación de este reglamento comunitario se encuentra en suspenso desde el año 2011.
Alrededor de 4,8 millones de personas emigraron en 2015 a un país de la OCDE, un 10% más que el año anterior. En su último informe, la organización insta a los Estados a coordinar su respuesta a escala mundial.