Las perturbaciones en todo el sistema de producción mundial, tras la crisis sanitaria, han provocado una repentina subida de los precios. ¿Se trata de una inflación transitoria, como defienden los bancos centrales? ¿O es un peligro subestimado, como denuncian los opositores que piden un cambio rápido de las políticas monetarias?
El shock económico provocado por la pandemia pondrá a prueba a todo el sistema bancario internacional. Los bancos estadounidenses se preparan acumulando enormes reservas. Los bancos europeos, debilitados por sus elecciones pasadas, titubean.
Dejando de lado toda precaución, la autoridad bancaria europea, encargada de controlar y regular el mundo bancario, designó como presidente al español José Manuel Campa, ex responsable mundial de Relaciones con los Reguladores del Grupo Santander. En otras palabras, se trata de un lobbista. El mundo bancario continúa « saqueando » las instituciones europeas.
La guerra comercial iniciada por Donald Trump contra Pekín llega en un momento en el que la economía china, en plena transición, es más vulnerable que nunca. Tras intentar sanear su sistema financiero, el gobierno chino vuelve a potenciar los créditos para sostener el crecimiento. Estados Unidos sospecha que China manipula su divisa, en caída libre frente al dólar, para contrarrestar sus medidas de represalia.
La entidad bancaria alemana, a quien la Justicia norteamericana puede imponer una multa récord de 14.000 millones de dólares, atraviesa graves dificultades. Tras conocerse que Berlín rechaza convertirse en garante del banco, en el corazón de la maquinaria económica alemana, la deriva bursátil de la compañía no ha cesado. La entidad atemoriza a todo el mundo.
Funcionarios europeos reflexionan sobre la forma de castigar al expresidente de la Comisión, contratado por Goldman Sachs, y plantean suspender la generosa prejubilación que la Unión Europea ingresa al portugués desde abril de 2016.
El pánico en el mercado de valores apareció alrededor del Deutsche Bank. El primer banco europeo da miedo, tanto por su pasado como por sus posiciones. Se espera que el contagio alcance a todo el sector bancario. Los bancos corren el riesgo de atravesar graves problemas, que pueden ser similares a los conocidos en 2008 porque, a decir verdad, no se ha realizado ninguna verdadera regulación bancaria.
El Santander ha comprado a precio de saldo el banco portugués Banif, pero a los contribuyentes portugueses la operación les ha salido por casi 3.000 millones. La historia se repite. En lo sucesivo, el grupo bancario que preside Ana Patricia Botín va a controlar el 15% del mercado de Portugal, bajo la marca de Santander Totta, con lo que se convierte en el segundo banco privado del país.
El 15 de septiembre de 2008, el gigante de la banca de inversión estadounidense Lehman Brothers quebró. Han pasado cinco años desde aquel hundimiento, considerado el inicio de una crisis que ha devastado las economías del sur de Europa, y todavía no hay separación entre la banca comercial y la banca de inversión. Los gigantes bancarios son aún más grandes y los lobbies tienen más poder.
Al optar por gravar los depósitos bancarios en Chipre, los líderes europeos han traspasado una línea roja: la que garantizaba el dinero de los ahorradores. El plan se está renegociando y la suerte de la zona euro vuelve a estar pendiente de un país que representa menos del 0,2% del PIB europeo.