El primer ministro confía todavía en poder salvar el pellejo, a pesar del escándalo de las fiestas organizadas en pleno confinamiento y de quedar en entredicho en un informe publicado el lunes en el que se destaca “errores de liderazgo”. La apertura de una investigación penal, paradójicamente, podría darle más tiempo para reaccionar y conservar el puesto a pesar de su creciente impopularidad y su aislamiento en el seno de los 'tories'.
Más allá de las fiestas clandestinas celebradas en pleno confinamiento, hay otros asuntos que han empañado su reputación y que ponen de manifiesto el control que ejerce el sector privado en sus políticas. El líder británico intenta evitar una moción de censura en su contra, pero cada vez son más los diputados conservadores dispuestos a apoyarla;
La pandemia del coronavirus ha tenido un efecto lupa sobre una nueva forma de tiranía que se despliega a escala mundial. Sigue expandiendo su imperio, en Estados Unidos, Brasil, Filipinas, Reino Unido, Italia... En Francia, todavía no se ha encarnado en una figura política. Pero muchos bufones sienten crecer sus alas hasta el punto de perturbar al Palacio del Elíseo.
Las peticiones de dimisión del asesor del primer ministro y estratega del Brexit, Dominic Cummings, arrecian tras sus confusas explicaciones sobre su salida de Londres con su mujer y su hijo en plena pandemia saltándose el confinamiento. Poniendo en riesgo la estabilidad de su Ejecutivo, Johnson sigue defendiendo a su asesor especial.
Los sondeos dan como vencedores a los conservadores británicos en las elecciones legislativas que se celebran este 12 de diciembre en Reino Unido, con el riesgo que esto conlleva para la Unión Europea. El escándalo de antisemitismo y su complejo posicionamiento sobre el Brexit han debilitado al Partido Laborista. Pero el llamamiento al voto estratégico contra Johnson y el nuevo electorado refuerzan la incertidumbre que planea sobre el escrutinio. Reportaje.
Horas antes de la celebración del Consejo Europeo, la Unión Europea y Boris Johnson anunciaron, este jueves 17 de octubre, un nuevo acuerdo sobre el Brexit « justo y razonable », en palabras del negociador de los 27 miembros, Michel Barner. Sin embargo, el primer ministro británico aún tiene que conseguir el apoyo de una mayoría en Londres.
Al declarar « nula y sin efecto » la suspensión del Parlamento por parte de Boris Johnson, el Tribunal Supremo no sólo ha debilitado al primer ministro. También ha sido un duro golpe para el estatus de la jefa del Estado, la reina Isabel II, en un momento especialmente frágil de su reinado.
La dimisión de David Davis, el pasado domingo, seguida de la de Boris Johnson, el lunes a mediodía, relanza la crisis en la que la jefa del Ejecutivo se encuentra estancada: el partido conservador es incapaz de superar las divisiones en torno al Brexit. Más allá de las ambiciones políticas de Johnson, el país parece encontrarse, más que nunca, en un callejón sin salida.
La pregunta puede parecer descabellada pocos días después de un referéndum que aprobó la salida de Reino Unido de la UE, pero los interrogantes se multiplican ante las sombrías perspectivas económicas y el caos político.