La guerra comercial iniciada por Donald Trump contra Pekín llega en un momento en el que la economía china, en plena transición, es más vulnerable que nunca. Tras intentar sanear su sistema financiero, el gobierno chino vuelve a potenciar los créditos para sostener el crecimiento. Estados Unidos sospecha que China manipula su divisa, en caída libre frente al dólar, para contrarrestar sus medidas de represalia.
El crecimiento de la economía, junto con las conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC en La Habana, podría conducir a una mejor distribución de la riqueza en Colombia. Sin embargo, este no es el camino tomado por el gobierno, cuya prioridad es atraer a los inversores extranjeros, desarrollar la agroindustria y la explotación minera.