A medida que la epidemia se propaga a un ritmo exponencial, las consecuencias de una economía mundial paralizada son cada vez más asombrosas. La burbuja de la deuda privada está a punto de estallar, a pesar de los desesperados intentos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
La epidemia del coronavirus está provocando un cortocircuito en la economía mundial. El petróleo, los mercados financieros, todo se hunde. « Nos enfrentamos al momento más crítico desde la crisis financiera », advierte un estratega.
Elegido a finales de octubre a la cabeza de una amplia coalición de izquierdas, el nuevo presidente peronistas ha adoptado una serie de medidas de emergencia sociales y económicas. El reto, para él, es mejorar la vida diaria de los más afectados por la crisis sin causar un desequilibrio presupuestario. Alberto Fernández se comprometió a retomar la senda del crecimiento antes de devolver la deuda contraída con el FMI.
A punto de dejar la presidencia del BCE, Mario Draghi está dispuesto a restablecer una política monetaria no convencional a partir de septiembre. Tanto como el temor a una desaceleración económica, es la estabilidad financiera la que dicta esta decisión. Los bancos centrales se han convertido en rehenes de un mundo financiero que ha acumulado enormes riesgos durante años de dinero gratis.
La guerra comercial iniciada por Donald Trump contra Pekín llega en un momento en el que la economía china, en plena transición, es más vulnerable que nunca. Tras intentar sanear su sistema financiero, el gobierno chino vuelve a potenciar los créditos para sostener el crecimiento. Estados Unidos sospecha que China manipula su divisa, en caída libre frente al dólar, para contrarrestar sus medidas de represalia.
El horizonte se oscurece para los venezolanos, que deben hacer frente a una inflación asfixiante, dos agencias de rating han declarado al país en « quiebra parcial ». Las sanciones de Estados Unidos cierran puertas de salida y echan a Caracas en los brazos de Rusia y de China.
Un año después de la victoria electoral de Syriza sin su ala izquierda, ¿dónde se encuentra Alexis Tsipras? Mediapart recoge sus promesas electorales de septiembre de 2015 comparándolas con aquellas que se han puesto en marcha. Tanto en lo que concierne a la deuda como a las políticas sociales, las ordenes dictadas por Europa y los mercados se imponen.
Ahora que la situación de los bancos italianos vuelve a poner en el disparadero a la moneda única, el economista norteamericano carga, en su última obra, contra el euro, culpable del estancamiento en Europa.
Con su decisión de posponer las eventuales sanciones a España y Portugal, la UE se muestra más flexible que de costumbre. Juncker no quiere ningún problema en vísperas del referendo británico y de las elecciones generales españolas del 26-M.
La Troika, que Syriza había prometido expulsar del país heleno, regresó a Atenas esta semana. Su objetivo: preparar el nuevo acuerdo de préstamos y las medidas presupuestarias que deben ser aprobadas el 20 de agosto en Bruselas. En el centro de este « memorándum » aparece un nuevo programa de privatización. La historia se repite.
Alexis Tsipras hizo llegar a los acreedores sus compromisos económicos y reformas para conseguir un nuevo plan de ayuda. Se multiplican las concesiones helenas bajo la amenaza del « grexit », pero también con la esperanza de conseguir una reestructuración de la deuda.
El belga Philippe Lamberts, jefe del Grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo, reacciona ante el anuncio de un referéndum griego sobre el futuro « paquete de ayudas » para Atenas. Considera que Alexis Tsipras ya ha hecho muchas concesiones en relación con sus promesas electorales y que los acreedores deben actuar para frenar el referéndum.
Tras el fracaso del Eurogrupo de este jueves, los ministros de finanzas de la zona euro se citan este sábado para una enésima reunión, la de la « última oportunidad ». El FMI quiere endurecer aún más la reforma de las pensiones. Pero este acuerdo no resolverá nada si no se menciona la reestructuración de la deuda. Alexis Tsipras lo sabe. Alemania y otros socios europeos prefieren no hablar del tema.
El jueves 18 de junio comenzaba en Luxemburgo la sexta reunión del Eurogrupo desde que Tsipras tomó la posesión del Gobierno heleno. Mientras, en Atenas, el comité que audita la deuda griega presentaba su primer informe en el Parlamento. Las conclusiones son abrumadoras.
Al optar por gravar los depósitos bancarios en Chipre, los líderes europeos han traspasado una línea roja: la que garantizaba el dinero de los ahorradores. El plan se está renegociando y la suerte de la zona euro vuelve a estar pendiente de un país que representa menos del 0,2% del PIB europeo.