El incendio de Notre-Dame perturbó la agenda del presidente de la República, obligándole a posponer sus anuncios destinados a clausurar el « gran debate ». Mientras tanto, varias de sus medidas terminaron filtrándose en los medios, rompiendo el único interés político del ejercicio: la sorpresa. Este jueves 25 de abril, Emmanuel Macron se dirigirá a la prensa para aclarar y detallar sus reformas económicas y sociales.
La decisión de movilizar las tropas, el sábado 22 de marzo, para contener las manifestaciones de los « chalecos amarillos » en París, no tiene precedentes desde las grandes huelgas de 1947-1948. Año tras año, los movimientos sociales son criminalizados y las libertades ultrajadas. Hombre sin límites y sin memoria, Emmanuel Macron traspasa una nueva frontera.
A pesar de la « presión » del Elíseo, el Senado ha decidido transmitir a la justicia los dosieres de tres colaboradores de Emmanuel Macron, por « sospecha de falso testimonio » durante sus respectivas comparecencias ante la Comisión de Investigación parlamentaria sobre el affaire Benalla. Al hacerlo, la Cámara Alta desempeña su papel de contrapoder y debilita aún más al Ejecutivo.
Mediapart ha podido identificar documentos producidos por Alexandre Benalla cuya autenticidad es puesta en entredicho, además de diversas mentiras proferidas en el marco profesional del excolaborador de Emmanuel Macron para obtener ciertas ventajas.
Mediapart no es una oficina de los servicios secretos, sino un periódico de información. No nos dedicamos a espiar, tampoco colocamos micrófonos clandestinos. Nos limitamos a revelar información de interés público respetando los derechos de la prensa. Así tratamos el affaire Benalla hoy, como hicimos en el pasado con los affaires Bettencourt, Sarkozy-Gadafi o Cahuzac.
Los jueces de instrucción encargados de la investigación sobre las violencias cometidas el 1 de Mayo, consideran que los dos excolaboradores de Emmanuel Macron violaron su control judicial al darse cita el 26 de julio de 2018.
En España, en Grecia e Italia, los años de austeridad han visto surgir -y, a veces, desinflarse– movimientos sociales y fuerzas políticas. La movilización francesa despierta curiosidad, a veces empatía y fascinación, pero también desconfianza, en estos países europeos.
Ahora es un hecho: Alexandre Benalla y su acólito Vincent Crase, ex responsable de seguridad de LREM, han mentido en repetidas ocasiones, bajo juramento, ante la Comisión de Investigación del Senado. En particular sobre una cuestión clave: el acuerdo de seguridad firmado con Iskander Makhmudov, un oligarca ruso cercano a Vladimir Putin.
La Fiscalía de París, que intentó registrar los locales de Mediapart, alimenta el misterio sobre los « elementos » en el origen de su investigación destinada a identificar las fuentes de nuestro periódico. En realidad, el proceso judicial se basa en rumores trasmitidos por el poder ejecutivo. Los servicio del primer ministro francés contactaron, el viernes 1 de febrero, a la Fiscalía tras recibir una serie de preguntas de un periodista del semanario Valeurs actuelles.
Macron no solo quiere restringir la libertad de manifestación; también sueña con poner a la prensa bajo custodia creando « estructuras » que serían responsables de « asegurar su neutralidad ». La amenaza es aún más grave dado que los grandes medios de comunicación, en manos de multimillonarios, han perdido su independencia y las leyes liberticidas se acumulan desde el comienzo del quinquenio.
Por primera vez en la historia de Mediapart, la Fiscalía de París ha tratado de registrar la redacción de nuestro periódico, el lunes 4 de febrero por la mañana, en el marco de una investigación preliminar abierta por (entre otros motivos) una presunta violación al derecho a la intimidad de Alexandre Benalla, tras la publicación de nuestra revelaciones la semana pasada. Mediapart, indignado ante esta maniobra, ha rechazado el registro en nombre de la protección de las fuentes periodísticas.
La tarde del domingo 27 de enero, la « marcha por la República » convocada por los « pañuelos rojos » desfiló en el centro de la capital francesa para evitar que la democracia y la representación sean « confiscadas » por los chalecos amarillos. « Nosotros también somos el pueblo », se convirtió en uno de los principales eslóganes de los 10.000 manifestantes que acudieron a la cita, según las cifras de la Prefectura de París.
Este 2019, las ausencias marcan el Foro de Davos. Por primera vez desde su creación en 1971, no habrá ninguna delegación de representantes estadounidenses. El presidente chino también ha anulado su visita, al igual que la primera ministra británica debido al Brexit o Emmanuel Macron por la crisis social protagonizada por los « chalecos amarillos ». Algo parece haberse roto, quizás de forma irremediable, en el relato de la mundialización feliz.
A partir de una revuelta contra el alto costo de la vida, el movimiento de los chalecos amarillos conlleva la exigencia de una respiración democrática, del compartir y del intercambio, en lugar de la verticalidad presidencial. Responder a ella con más represión es demostrar su debilidad y su irresponsabilidad. Sí, su irresponsabilidad, porque lejos de apaciguar y unir a la gente, así es como dividimos y agravamos.
Interrogado por Mediapart, el 31 de diciembre, Alexandre Benalla afirmó mantener un contacto regular con Emmanuel Macron para comentar « temáticas diversas » como los chalecos amarillos, pese a su despido por falta grave el pasado verano. Declaraciones que contradicen la versión del Palacio del Elíseo: la institución negó cualquier contacto con el ex colaborador de confianza del presidente. « Será muy difícil negarlo porque estos intercambios están en mi teléfono », explica Benalla, quien apunta, además, que el mandatario francés está rodeado de « tecnócratas » que « pertenecen a una familia peor que la mafia ». Estas revelaciones se suman al escándalo relacionado con el uso de pasaportes diplomáticos por parte de Benalla en los últimos meses.
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