El lunes 13 de junio, el despertar fue especialmente doloroso en Estados Unidos. Se percibían la rabia y el miedo después de la masacre de Orlando que ha causado 49 muertos y 53 heridos. Hartazgo de las matanzas masivas, de la imposible reforma del control de armas de fuego, de los crímenes de odio que se ceban con las minorías, ya sean sexuales, raciales o religiosas.
La noche del sábado al domingo, 50 personas perdieron la vida en una discoteca gay en Orlando, Florida, en Estados Unidos. El ataque ha sido reivindicado por el Estado Islámico.
WikiLeaks vuelve a publicar nuevos documentos sobre las negociaciones secretas del acuerdo sobre servicios (TISA). Revela que los grandes grupos quieren dejar bien atada su irresponsabilidad jurídica y financiera: presionan para conseguir acabar con la reglamentación vinculante y, en el futuro, tener derecho de veto sobre las leyes nacionales.
Sea cual sea el resultado de la campaña de Bernie Sanders, el senador demócrata y socialista puede jactarse de haber despertado a la izquierda norteamericana. Think tanks, diputados locales progresistas, medios de izquierdas... Todos afirman que comienzan a ser tomados en serio y que, finalmente, el socialismo está en el aire.
El valiente pero difícil combate que libra Bernie Sanders en las primarias demócratas evidencia hasta qué punto el socialismo ha sido una corriente política marginal en la mayor potencia capitalista del mundo. Una revisión de su historia y de los factores que bloquearon su avance.
El candidato republicano Donald Trump sigue imparable en su carrera a la Casa Blanca. Para entender mejor en qué se basa su éxito no se pueden pasar por alto los mensajes que el estrambótico multimillonario lanza en campaña.
La directora de campañas internacionales de Public Citizen, una asociación estadounidense de defensa de los consumidores, afirma que la negociación del tratado se encuentra encallada en algunos de sus puntos más polémicos.
Las primarias de New Hampshire han dado la victoria al demócrata Bernie Sanders frente a Hillary Clinton y a Donald Trump frente a sus contrincantes republicanos. Y, pese a que a menudo se les compara, no comparten ideología, métodos ni ambiciones.
La caída en las Bolsas, los mínimos del precio del petróleo y la situación económica en China alimentan las previsiones económicas más pesimistas para este año. Diferentes analistas coinciden en pronosticar una nueva crisis financiera similar a la de 2008.
El candidato a las primarias del Partido Republicano, Donald Trump, no deja de acaparar la atención mediática. Al estar mejor situado en los sondeos que sus adversarios y gracias a sus declaraciones siempre polémicas, Trump ha terminado por imponer su ritmo en los medios de comunicación, que han contribuido a alimentar el fenómeno.
El acuerdo sobre el clima alcanzado la semana pasada no sólo establece un nuevo régimen jurídico dirigido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que alumbra un nuevo mapa de actores, alianzas y de relaciones de fuerzas entre países.
Los ataques aéreos, las operaciones secretas y los esfuerzos diplomáticos no terminan de dar sus frutos. Tras la matanza de San Bernardino, al Gobierno de Obama le llueven las críticas, pero nadie parece ser capaz de proponer una alternativa viable.
Este es el punto más importante de las negociaciones sobre el clima y, sin embargo, es el menos discutido fuera del círculo de los especialistas. Técnica, sensible, opaca, la cuestión de la financiación refleja la violencia del enfrentamiento entre tres mundos: las viejas potencias industriales, las potencias emergentes y los países más pobres, olvidados para siempre.
Dos informes publicados esta misma semana recopilan las principales estrategias internacionales puestas en práctica para luchar contra el secreto bancario y la evasión fiscal de las empresas. Estados Unidos se estanca en el secreto y la UE, si bien progresa, aún peca en opacidad.