En un contundente informe, la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, denuncia la adjudicación de un contrato de consultoría al primer gestor de activos por parte de la Comisión Europea.
A medida que la epidemia se propaga a un ritmo exponencial, las consecuencias de una economía mundial paralizada son cada vez más asombrosas. La burbuja de la deuda privada está a punto de estallar, a pesar de los desesperados intentos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
El mundo financiero elabora escenarios cada vez más oscuros. El miedo está ganando terreno y comienza a ser palpable por la falta de liquidez en los mercados. En este punto, los bancos centrales se muestran impotentes.
Presentado hasta ahora como modelo, los fondos de pensiones holandeses se encuentran en verdaderos aprietos. La política de los intereses negativos del BCE emerge como la principal responsable de este malestar. La gran presión ejercida sobre los sueldos desde hace treinta años, que destruye los sistemas sociales, corroe ahora el sistema financiero.
El auge de los populismos es el resultado de nuestros fracasos económicos. El trabajo se encuentra cada vez más excluido del reparto de las riquezas generadas, en beneficio del capital. Nunca antes las desigualdades han sido tan grandes. Un colapso histórico desde el advenimiento de la era industrial.