El presidencialismo es al régimen presidencial lo que el clericalismo es a las religiones: una desposesión de los fieles, una confiscación de la fe. La voluntad de todos es reemplazada por el poder de uno solo. Mirada retrospectiva sobre el compromiso fundacional de Mediapart contra el absolutismo presidencial bajo la V República.
La venta de 36 aviones de combate franceses construidos por Dassault a la India, durante la presidencia de François Hollande, se encuentra en el centro de un escándalo que no deja de crecer en el país. Sospechando un « inmenso fraude », la oposición india reclama una investigación sobre el negocio, alegando favoritismo, mala gestión de fondos públicos y puesta en peligro de la seguridad nacional. En el centro de las críticas: las circunstancias en las que Reliance Group fue designado como socio de la empresa francesa Dassault en la construcción de las aeronaves. La investigación revela que en el mismo momento en el que se firmó el acuerdo, la empresa india Reliance invirtió en una película producida por la pareja del entonces presidente francés, la actriz Julie Gayet.
Al igual que sucedió con François Hollande, la Presidencia de Emmanuel Macron alinea su política en Oriente Medio con los intereses de Riad. Una elección inmoral -la venta de armas utilizadas en la sucia guerra de Yemen- e irresponsable -acentúa una dependencia energética y geopolítica desastrosa-.
Durante más de seis años, el poder político francés ha dado la espalda constantemente al caso Sarkozy-Gadafi, descartando incluso la hipótesis de crear una comisión de investigación parlamentaria sobre la evolución de las relaciones entre París y Trípoli. Sin embargo, el inmovilismo político no ha impedido que Nicolas Sarkozy sea imputado. El miércoles 21 de marzo, tras 25 horas de interrogatorio, el expresidente francés quedó en libertad, pero bajo control judicial, siendo acusado de corrupción pasiva, financiación ilegal de campaña electoral y desvío de fondos públicos libios.
Manuel Valls apoyará a Emmanuel Macron en el carrera hacia el Elíseo. Con este anuncio, el ex primer ministro termina de dinamitar a la izquierda y al Partido Socialista (PS), una implosión que ha ido tomando forma desde el debut del mandato de François Hollande.
No deja de ser una de las paradojas del quinquenio de François Hollande: hasta las últimas semanas previas a su partida, el mandatario de la « República ejemplar » debe hacer frente a la imputación de personas de su entorno y de sus ministros. De Jérôme Cahuzac, ex ministro de Economía y Finanzas, condenado por fraude fiscal y blanqueo, pasando por Bruno Le Roux, ex ministro del Interior, investigado por la Fiscalía por una supuesta malversación de fondos públicos y ocultación.
Con más de 1,3 millones de votantes, la primera vuelta para designar al candidato de la izquierda a las elecciones presidenciales en Francia, pone de manifiesto que el Partido Socialista sigue vivo y que su ala izquierda gana terreno.
La victoria indiscutible de François Fillon demuestra que la derecha no está revuelta. Eligiendo al candidato más duro, con un programa de austeridad radical, la derecha presume de un sentimiento de omnipotencia. Para sus electores, la izquierda ha dejado de existir.
En un informe confidencial remitido a François Hollande, al que ha tenido acceso Mediapart, el Tribunal de Cuentas y el Consejo de Estado de Francia cifran en 10,3 millones de euros anuales el coste de los expresidentes a las arcas públicas.
La mañana de este viernes, varios diputados se preguntaban por la responsabilidad del gobierno frente a los actos terroristas cometidos en Francia. En primera línea, Georges Fenech, diputado del partido de Los Republicanos (LR) por la región de Rhône, y presidente de la comisión de investigación sobre los medios desplegados por el Estado para luchar contra el terrorismo.
François Hollande y Manuel Valls, a fuerza de pragmatismo ante los mercados, han convertido en irrelevante a su país en la escena global, así lo estima Javier Valenzuela, periodista y escritor español. El ejemplo francés ilustra la decadencia de la socialdemocracia en Europa.
En Francia, las movilizaciones contra la reforma laboral continúan. Este marte 5 de abril, el polémico texto pasaba a las manos de la comisión de la Asamblea Nacional. Una jornada en la que los estudiantes de París VIII decidieron ocupar la universidad. Mediapart fue testigo de esta noche de protesta e indignación. Aquí su historia.
La reforma laboral que ultima el Gobierno de François Hollande no sólo ha alimentado las divisiones en el seno del PS francés, sino que ha desencadenado la mayor movilización social de la legislatura del Ejecutivo galo. Análisis de los puntos más controvertidos de esta polémica reforma.
Con una escueta mayoría, la Asamblea Nacional dio su visto bueno al artículo 2 que inscribe la retirada de la nacionalidad a los franceses condenados por terrorismo en la Constitución francesa. Parecía que el bricolaje gubernamental, criticado tanto por una parte del Partido Socialista como por los Republicanos, no podría alcanzar tan fácilmente el apoyo de tres quintas partes del Congreso, requisito indispensable para sacar adelante la reforma de la Carta Magna. Sin embargo, tras la votación del pasado miércoles en la Asamblea, la reforma constitucional sigue su curso.
Con la dimisión de Christiane Taubira, Hollande no solo acaba con toda voz disidente dentro del gobierno, sino también con la de todos aquellos que, en la sociedad, tratan de analizar los acontecimientos. Esta desarme intelectual se ve intensificado con los ataques de Manuel Valls « contra aquellos que buscan explicaciones culturales o sociológicas al terrorismo ». Este anti-intelectualismo camorrista no nos protege nada contra el terrorismo.