Las demandas de los manifestantes eran múltiples pero tienen un objetivo común : elevar el debate público. Ahora la responsabilidad recae en manos del Gobierno y todo ello pese a que, desde 2012, tanto François Hollande como Manuel Valls han hecho oídos sordos a las reclamaciones del pueblo francés.
La izquierda y numerosos representantes políticos de la oposición han hecho una llamada a la « unidad nacional ». Este domingo, 11 de enero, la UMP tiene previsto participar en una gran « marcha republicana » convocada por las fuerzas de izquierda, mientras que Marine Le Pen basa su discurso en el miedo. La presidenta del Frente Nacional, molesta por no haber sido invitada a la manifestación, mantiene que estamos ante una « maniobra política despreciable ».
Se trata de un nuevo mecanismo de financiación público-privada dirigido a reactivar la economía europea. La primera emisión de bonos que contaba con la garantía del Banco Europeo de Inversiones se canalizó al proyecto Castor, el fallido almacén de gas frente a la costa mediterránea española. Tras confirmarse que las obras causaban seísmos, el proyecto quedó paralizado y serán los consumidores los que tendrán que pagar la factura de su bolsillo.
Mediapart publica el contenido de la carta que la Comisión Europea ha enviado a Michel Sapin y que François Hollande se niega, a día de hoy, a hacer pública. El Ejecutivo europeo exhorta a París a respetar el compromiso presupuestario. El tono es más o menos el mismo – en algún momento más duro – que el de la misiva enviada a Roma y que Matteo Renzi sí que ha decidido hacer pública.
Desde alinearse de antemano con la extrema derecha israelí a prohibir manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino, por no hablar de la equiparación de dicha solidaridad con un antisemistismo maquillado de antisionismo.
¡ La que faltaba ! Es lo primero que se viene a la cabeza a la hora de hacer la crónica de este descenso a los infiernos al que nos condena François Hollande. Porque, al margen del vodevil burgués, la repercusión del libro publicado por Valérie Trierweiler, expareja del presidente, tiene implicaciones políticas mayores, que tienen una relación directa con el viraje neoliberal brutal de un Gobierno más monárquico que nunca.
A ojos del sector mas izquierdista del PS, Emmanuel Macron encarna la deriva neoliberal del Ejecutivo y el poder de los tecnócratas sobre la acción de gobierno. En los últimos dos años fue secretario adjunto de la Presidencia.
Ante el agravamiento de la crisis económica Hollande y Valls quieren ir más lejos, y más, rápido, en su ruptura con la izquierda aunque pierdan la mayoría. La crisis de gobierno se limita finalmente a cambios en las carteras de los ministros críticos que presentaron este lunes su dimisión.
El pasado 30 de marzo, cuando Francia celebró la segunda vuelta de las municipales, el partido de François Hollande perdió aproximadamente 30.000 de sus 60.000 representantes en los ayuntamientos, según las cifras que manejan los socialistas.
Tras la debacle de las municipales, el presidente francés vuelve a sufrir un nuevo revés y, con él, el Partido Socialista obtiene el peor resultado de su historia. La izquierda reclama ya « otras políticas ».
Es la primera vez en los dos años de mandato de François Hollande que tantos diputados del PS se han abstenido en la aprobación de un texto tan importante para el Gobierno.
El primer ministro francés Manuel Valls ha optado por la senda de la austeridad, igual que Zapatero en 2010. Las mismas medidas, la misma oposición entre los socialistas. ¿ Correrá Valls la misma suerte que el expresidente español ?
El « ejecutivo de combate » francés cambia poco. Pasa de 20 a 16 ministros. El presidente Hollande y su primer ministro Valls mantienen a los pesos pesados y solo entran dos ministros nuevos, Ségolène Royal y François Rebsamen.
Ségolène Royal, excandidata a la Presidencia y madre de los hijos de Hollande, ser convierte en ministra de Ecología. El nuevo titular de Economía es Arnaud Montebourg, considerado del ala izquierda del PSF
Los socialistas franceses han perdido 50 ciudades de más de 30 000 habitantes, mientras que el Frente Nacional ha logrado una docena de alcaldías. Un castigo semejante, unido a la abstención masiva registrada en la segunda vuelta de las elecciones municipales del domingo, pone al presidente François Hollande contra las cuerdas, tal y como no dudan en reconocer varios responsables socialistas. ¿ Qué les ha pasado factura ? El PS francés tiene dudas a la hora de abrir el debate.