El martes 31 de diciembre, en el 27º día de la huelga contra su reforma de las pensiones, el presidente de la República anunció sus deseos de cara al 2020. Siempre tan seguro de sus decisiones, se contentó con repetir que llevará su proyecto « hasta el final », a pesar de la ira social. Y criticó a los que no quieren moverse, sin proponer ninguna alternativa.
Desde el 17 de julio, las camareras de piso del hotel Ibis Batignolles, en París, están en huelga. Su principal reivindicación: hacer menos habitaciones por hora. El sindicato CGT HPE (Hoteles de Prestigio y Económicos) las acompaña en su movimiento para luchar contra la subcontratación en los hoteles.
Portugal, Bélgica, Alemania, Italia, Holanda… Desde este verano, la compañía aérea Ryanair se enfrenta a la amenaza de una huelga europea, inédita por su magnitud y el número de países implicados. Por primera vez, la empresa es puesta en entredicho por su modelo low cost. Según los sindicatos, el movimiento podría continuar en septiembre.
Esta semana será clave para el futuro del mandato de Emmanuel Macron. La compañía de ferrocarril (SNCF), Air France, Carrefour, las universidades... los bloqueos se multiplican en Francia. Para el poder, todos ellos tienen su origen en un miedo irracional al « mundo nuevo ». En la práctica, lo que amenaza al presidente es más bien el desgaste del viejo discurso sobre la austeridad.
Desde que su nuevo presidente, Alexandre Bompard, anunció un plan de transformación integral de la compañía, los trabajadores del mayor empleador privado de Francia tratan de evitar en torno a 5.000 despidos inminentes. También denuncian los millones de euros que se pagarán a los accionistas este año, a pesar de todo.
En apenas 48 horas, la producción de electricidad en Francia disminuía en una proporción equivalente a la paralización de cinco reactores nucleares. No es la primera vez que las huelgas en las centrales nucleares provocan un descenso en la producción, pero si es la primera vez que se movilizan a la estela de una protesta social.