Enviada a la justicia francesa hace un mes, la investigación acusa a la candidata ultraderechista de haber malversado personalmente cerca de 140.000 euros de dinero público del Parlamento de Estrasburgo cuando era diputada. Además de Marine Le Pen, aparecen implicados otros tres ex eurodiputados, entre ellos su padre, Jean-Marie Le Pen, así como el grupo parlamentario Europa de las Naciones y las Libertades: el importe total de las cantidades reclamadas es de 617.379 euros.
Marine Le Pen tiene un problema de identidad, un asunto que perturba su campaña. Europa, economía, escándalos, la líder del Frente Nacional improvisa entre la ruptura y la tradición… Con el affaire Vél’ d’Hiv’, la candidata de extrema derecha se ha visto obligada a corregir sus propósitos, sin embargo, no ha podido evitar que su famosa estrategia de “desdemonización” se ponga en entredicho.
El martes 16 de junio, Marine Le Pen presentó el grupo que acaba de crear en el seno del Parlamento Europeo. Una británica acusada de falsear facturas, polacos monárquicos ultraliberales y un holandés racista, entre los 'fichajes' de la extrema derecha francesa.
La suspensión de militancia del fundador del FN plantea tres problemas a Marine Le Pen: las investigaciones sobre la fortuna oculta de su padre, el reparto de la residencia familiar de Montretout y el dinero perdido de los micropartidos Cotelec y Promelec.
Según una investigación periodística de Mediapart, el presidente de honor del Frente Nacional ha sido el beneficiario de un fideicomiso (o 'trust') gestionado en Suiza por su mayordomo, tesorero de la sociedad financiera Cotelec. A nombre de ese 'trust', se ingresaron 2,2 millones en el banco HSBC que después se transfirieron a la Compañía Bancaria Helvética.
Tras el vodevil, el dinero. Padre e hija cuentan con sendos micropartidos para controlar el dinero de la formación. Jean-Marie Le Pen nunca ha hecho públicos quiénes son sus donantes y su empresa, Cotelec, continúa concediendo préstamos al FN o a los candidatos del partido.
El enfrentamiento familiar en el FN puede desencadenar una crisis política. Marine Le Pen asegura que se opondrá a la candidatura de su padre a las elecciones regionales y, por primera vez, se prevén sanciones. Al desmarcarse de la línea radical que marca su progenitor, la presidenta del FN conserva al sector más duro de su electorado y suaviza la línea que impulsa su sobrina.
Esta es sin duda la peor de las mistificaciones : Marine Le Pen no encarna una alternativa al « sistema », pero es la reveladora de su sentido heurístico. El Frente Nacional es desde hace 30 años el « cuarto oscuro » de la ideología dominante, el laboratorio de un modelo de gestión « autoritario » de la crisis.