Ciudadanos, la formación liderada por Albert Rivera, asegura que no está dando soporte económico a la candidatura del ex primer ministro francés. La Societat Civil Catalana, asociación responsable de las movilizaciones sociales contra el independentismo organizadas como respuesta al procés, afirma lo mismo. Entonces, ¿quién financia la ‘Operación Valls’? infoLibre, socio editorial de Mediapart, repasa los círculos de poder que apoyan la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona.
Este martes 25 de septiembre, el ex primer ministro y candidato a las primarias socialista en la carrera hacia la presidencia, Manuel Valls, oficializó su candidatura a la alcaldía de Barcelona. Valls también anunció que dimitirá de todos sus cargos públicos en Francia, abandonando su puesto como diputado y dejando de lado a la ciudad de Évry, a la que, hace apenas un año, declaraba su infinito apego.
El ex primer ministro francés, Manuel Valls, se ha rodeado de una quincena de concejales y multiplica sus cenas en Barcelona. El objetivo: preparar las elecciones municipales que tendrán lugar el próximo mes de mayo. Frente a los independentistas, Valls quiere ser el « candidato del orden ». Sin embargo, el ex jefe del Ejecutivo galo continúa retrasando su decisión, consciente del riesgo de fracaso. Fruto de la derecha dura, uno de sus principales asesores suscita ya polémica.
El atentado del Sinaí vuelve a evidenciar las falacias de la islamofobia. Una visión absolutista del laicismo es un truco habitual en Francia para justificar la islamofobia. Absolutista porque el laicismo no quiere decir que desde el Estado tenga que combatirse tal o cual religión, el laicismo significa que el Estado no asume ninguna creencia como oficial u oficiosa, y garantiza la libertad de todas. Lo dicho: no todo lo procedente de Francia es saludable. Algunas cosas son tóxicas.
He ahí la cuestión que nos planteamos después de estas disparatadas semanas de maniobras políticas y mediáticas en contra de nuestro diario. Estas líneas no pretenden más que tratar de ofrecer una respuesta, mientras Manuel Valls reclama que se nos excluya del debate público. En esta trama, Mediapart sólo es un síntoma: el de un país que sigue sin tener clara ni su cultura democrática ni su identidad plural.
Sin estrategia ni espacio político viable, el Partido Socialista se ha visto abandonado por sus líderes, aquellos dispuestos a llevar a la formación hacia las vías de una reconversión. Todo apunta a que también perderá apoyo local, una militancia que le permitía regular, hasta ahora, sus conflictos internos.
¡Qué desastre! En votos, la izquierda ha obtenido su nivel más bajo desde 1958. En escaños, el resultado es aún peor. El Partido Socialista se desmorona, Francia Insumisa se ve reducida, Europa Ecológica y el PC aparecen marginalizados.
Manuel Valls apoyará a Emmanuel Macron en el carrera hacia el Elíseo. Con este anuncio, el ex primer ministro termina de dinamitar a la izquierda y al Partido Socialista (PS), una implosión que ha ido tomando forma desde el debut del mandato de François Hollande.
El próximo domingo 29 de enero, Manuel Valls y Benoît Hamon se enfrentarán en la segunda vuelta de las primarias « ciudadanas » del Partido Socialista. Su resultado arrojará luz sobre el porvenir del PS francés, dividido en dos izquierdas antagónicas.
Con más de 1,3 millones de votantes, la primera vuelta para designar al candidato de la izquierda a las elecciones presidenciales en Francia, pone de manifiesto que el Partido Socialista sigue vivo y que su ala izquierda gana terreno.
La Comisión Europea rechazó, este miércoles, tomar en consideración las advertencias de los países de Europa oriental en lo que concierne a los trabajadores desplazados. Todo para satisfacer las demandas de París. El debate, que comenzará en otoño en el Parlamento Europeo, se anuncia complicado.
La mañana de este viernes, varios diputados se preguntaban por la responsabilidad del gobierno frente a los actos terroristas cometidos en Francia. En primera línea, Georges Fenech, diputado del partido de Los Republicanos (LR) por la región de Rhône, y presidente de la comisión de investigación sobre los medios desplegados por el Estado para luchar contra el terrorismo.
François Hollande y Manuel Valls, a fuerza de pragmatismo ante los mercados, han convertido en irrelevante a su país en la escena global, así lo estima Javier Valenzuela, periodista y escritor español. El ejemplo francés ilustra la decadencia de la socialdemocracia en Europa.
El lunes 11 de abril, el primer ministro francés anunció un plan de entre 400 y 500 millones de euros anuales para disipar la ira de los jóvenes movilizados contra el proyecto de reforma laboral. Las once medidas propuestas han sido bien recibidas por algunas organizaciones juveniles que, sin embargo, continúan exigiendo la retirada de la ley El Khomri.
Con la dimisión de Christiane Taubira, Hollande no solo acaba con toda voz disidente dentro del gobierno, sino también con la de todos aquellos que, en la sociedad, tratan de analizar los acontecimientos. Esta desarme intelectual se ve intensificado con los ataques de Manuel Valls « contra aquellos que buscan explicaciones culturales o sociológicas al terrorismo ». Este anti-intelectualismo camorrista no nos protege nada contra el terrorismo.