El expresidente francés fue condenado, el lunes 1 de marzo, a tres años de prisión, uno de ellos firme, por corrupción y tráfico de influencias en el llamado caso « Paul Bismuth ». Es la primera vez que un exmandatario galo es condenado por delitos de tal gravedad. El tribunal considera probado que Nicolas Sarkozy se valió de su amistad con su abogado y un magistrado, ambos condenados, para obtener obtener ilegalmente información sobre las investigaciones judiciales en curso.
El expresidente francés parece haber exagerado su ira e indignación durante su interrogatorio en el caso de corrupción « Paul Bismuth ». « ¡Os juro que estaba a miles de kilómetros de pensar que estábamos haciendo algo que no debía hacerse! », declaró Sarkozy este lunes 7 de diciembre.
Por primera vez en la historia de la justicia francesa, un expresidente será juzgado, a partir de este lunes, por « corrupción ». Junto a Sarkozy en el banquillo de los acusados, se sentarán su amigo y abogado personal, Thierry Herzog, y el exmagistrado Gilbert Azibert.
Bajo triple acusación en el dossier, el expresidente francés se arriesga a una agravación de su situación penal a raíz de los últimos descubrimientos de los investigadores y de una reciente decisión del Tribunal de Apelación de París. Mediapart revela extractos inéditos.
¿Podemos imaginar que un hombre sospechoso de múltiples robos, de carterismo, o de agresión sexual tenga el privilegio de representar a Francia en el extranjero? No. Y sin embargo, un hombre sospechoso de corrupción, tráfico de influencias o financiamiento ilícito de campañas presidenciales puede hacerlo. Se trata de Nicolas Sarkozy. Gracias a Emmanuel Macron.
Tres años después de la apertura de una investigación preliminar, la Fiscalía Financiera francesa acaba de abrir una investigación judicial por « corrupción » en la adjudicación del Mundial de Fútbol 2022 a Qatar, según informaciones a las que ha tenido acceso Mediapart. La investigación parte de una reunión secreta en el Palacio del Elíseo el 23 de noviembre de 2010, nueve días antes de la votación que decidía la sede del Mundial, entre Nicolas Sarkozy, Tamim ben Hamad al-Thani, entonces príncipe heredero de Qatar y actual emir, y Michel Platini, entonces presidente de la UEFA y vicepresidente de la FIFA.
Se trata de un punto de inflexión en el affaire Sarkozy-Gadafi. Thierry Gaubert, excolaborador de Nicolas Sarkozy y amigo íntimo de su mano derecha Brice Hortefeux, recibió en febrero de 2006, en una cuenta secreta en las Bahamas, un año antes de las presidenciales, 440.000 euros de las arcas del régimen de Gadafi, según una investigación de Mediapart. El dinero transitó por una sociedad offshore del intermediario Ziad Takieddine, que centralizaba las transferencias libias.
En los último años, el ex presidente de la República ha retirado sistemáticamente de su cuenta dinero en efectivo, en especial billetes de 500 euros, según las informaciones de Mediapart. Esta práctica inusual fue descubierta por la policía y los magistrados al margen del caso de financiación libio.
Mientras Emmanuel Macron intensifica su acercamiento a Nicolas Sarkozy, dos personas de su entorno, ambas con problemas con la ley, Alexandre Benalla y Alexandre Djouhri, también se han dado cita durante las últimas semanas.
Según los nuevos documentos reunidos por un diputado de Trípoli, Thierry Herzog, amigo y abogado de Nicolas Sarkozy, ofreció, en noviembre de 2005, su ayuda para anular el mandato de arresto y la condena que pesaba sobre Abdallah Senoussi, cuñado de Gadafi, condenado a cadena perpetua por el atentado contra el DC-10 de la compañía francesa UTA en 1989, que dejó 170 víctimas mortales, entre ellas 54 ciudadanos franceses. Thierry Herzog fue conducido hasta Trípoli por Francis Szpiner, el abogado de las víctimas del atentado.
La violación del mandato que el presidente francés y los otros promotores de la intervención en Libia recibieron de la ONU provocó el caos en el país y permitió a los grupos yihadistas acceder a sus arsenales, los mismos grupos que hoy desestabilizan el Sahel. Emmanuel Macron, quien considera esta guerra como un « gran error », ¿está listo para identificar a los responsables?
Durante más de seis años, el poder político francés ha dado la espalda constantemente al caso Sarkozy-Gadafi, descartando incluso la hipótesis de crear una comisión de investigación parlamentaria sobre la evolución de las relaciones entre París y Trípoli. Sin embargo, el inmovilismo político no ha impedido que Nicolas Sarkozy sea imputado. El miércoles 21 de marzo, tras 25 horas de interrogatorio, el expresidente francés quedó en libertad, pero bajo control judicial, siendo acusado de corrupción pasiva, financiación ilegal de campaña electoral y desvío de fondos públicos libios.
El expresidente de la V República francesa, Nicolas Sarkozy, continúa este miércoles 21 de marzo bajo custodia policial en la sede de la Oficina Anticorrupción de la Policía Judicial de Nanterre. Las autoridades investigan si el régimen libio de Gadafi financió la campaña electoral de Sarkozy de 2007, tal y como reveló Mediapart.
Fabrice Arfi y Karl Laske, periodistas de Mediapart, recogen en un libro seis años de investigación sobre el caso Sarkozy-Gadafi. Estamos ante la historia de un compromiso duradero con una dictadura, que comenzó en 2005 cuando Nicolas Sarkozy era ministro del Interior. « La historia de una alta traición »: la corrupción de un clan político francés al servicio de una dictadura extranjera.
Siete años después de la revelación del affaire Bettencourt, tuvo lugar en Burdeos, el 28 y 29 de junio, el proceso de recurso contra aquellos sin los cuales el caso nunca habría existido: el mayordomo que realizó las grabaciones clandestinas y los medios de comunicación que las hicieron públicas: Mediapart y el semanario Le Point. La fiscalía no ha soportado que fuésemos exonerados en primera instancia en nombre del derecho a saber y del deber de lanzar la alarma.