Los responsables políticos se muestran indignados por el caso de los Paradise Papers. Todos prometen combatir el fraude fiscal. Sin embargo, diez años después del comienzo de la crisis financiera, todo sigue igual.
Con su decisión de posponer las eventuales sanciones a España y Portugal, la UE se muestra más flexible que de costumbre. Juncker no quiere ningún problema en vísperas del referendo británico y de las elecciones generales españolas del 26-M.
La Comisión Europea aprobó el pasado viernes, por razones estrictamente contables, el presupuesto 2016 del nuevo Gobierno socialista portugués del primer ministro Antonio Costa. ¿Estamos ante el fin de la austeridad? No exactamente.
El diagnóstico sobre la evasión fiscal es tajante e impecable. Sin embargo, las soluciones propuestas por Bruselas no están a la altura. Aquí una revisión detallada.
Se trata de la primera vez que el presidente de la Comisión Europea entra en campaña en las elecciones de un Estado miembro. El jueves 11 de diciembre, Jean-Claude Juncker tomó partido abiertamente por la formación de derechas Nueva Democracia, actualmente en el Gobierno griego. Una injerencia que continúa esta semana, con la visita a Atenas del comisario Pierre Moscovici.
El aspirante a comisario de Energía y Medio Ambiente, que el miércoles prometió transparencia, sigue sin explicar a quién traspasó el 2,5% que poseía en las dos petroleras de su familia, Petrologis Canarias y Petrolífera Dúcar. Sigue siendo una incógnita si las traspasó a un familiar o a la compañía holandesa Havorad BV, que controla el holding y cuyo hilo societario conducía a las Antillas Holandesas y Costa Rica con escala en Panamá.
Francia se ha salido con la suya. El exministro socialista de Finanzas se pone al frente de una importante cartera económica en la Comisión Europea en ciernes. Pero dos exjefes de gobierno, defensores acérrimos de la austeridad, trabajarán mano a mano con él... Ya hay quien habla de tutelaje.