El martes 24 de enero, el CETA superó una nueva etapa en el Parlamento Europeo, a la espera de su votación definitiva a mediados de febrero. Numerosos eurodiputados consideran que este articulado se ha convertido en la mejor respuesta a la « retirada » de Donald Trump del Tratado Transpacífico.
El CETA ha muerto, al menos en su versión actual. En nombre de la « vitalidad democrática » y pese a las reiteradas presiones, en especial de Francia, los socialistas que dirigen la Región de Valonia han dicho ‘no’ al acuerdo comercial entre Europa y Canadá. Este rechazo impide a la UE aprobar el acuerdo.
WikiLeaks vuelve a publicar nuevos documentos sobre las negociaciones secretas del acuerdo sobre servicios (TISA). Revela que los grandes grupos quieren dejar bien atada su irresponsabilidad jurídica y financiera: presionan para conseguir acabar con la reglamentación vinculante y, en el futuro, tener derecho de veto sobre las leyes nacionales.