Ante los repetidos ataques del presidente turco a los derechos de las mujeres, incluida la reciente salida del país del Convenio de Estambul, el movimiento feminista musulmán se reafirma y ya no duda en criticar el sexismo del Gobierno islamoconservador.
Las maniobras militares de ambos países se han intensificado en el Mediterráneo oriental desde que un buque turco de investigación sísmica fue enviado a aguas griegas. Atenas está en alerta por los movimientos de Erdogan, que siguen su doctrina de la Patria Azul, anteponiendo la fuerza militar a la diplomacia clásica. La crisis que están experimentando ambos países es la más larga de las últimas cuatro décadas.
Relatos que hablan de solidaridad en Portugal y Noruega, de problemas con las mascarillas en Bélgica y Rumanía, de actuaciones autoritarias en Eslovenia y Turquía, de cómo el virus se propagó desde una estación de esquí en Suiza y la muerte lo invadió todo en un pueblecito de Italia. A través de ocho crónicas, periodistas del consorcio European Investigative Collaborations (EIC) relatan las diferentes realidades protagonizadas por la pandemia.
Los uigures exiliados en Turquía, sometidos a las amenazas y al chantaje de Pekín, temen por la vida de aquellos que permanecen en China. Muchos de ellos han sido recluidos en campos de concentración y se encuentran amenazados por la propagación del coronavirus.
El periodista saudí fue asesinado por aquellos que temían las críticas, aunque mesuradas, de un hombre que seguía siendo un patriota, pero que defendía un futuro diferente para Arabia Saudí.
Mediapart y el consorcio de prensa EIC revelan que el dinero abonado por la UE ha permitido a Turquía dotarse de vehículos blindados para impedir el paso de refugiados a través de la frontera con Siria. Esta operación podría haber causado numerosas víctimas entre los refugiados sirios que intentan huir de la guerra.
Kemal Kiliçdaroglu, el líder del principal partido turco de oposición, se inspiró en Gandhi para promover la llamada « marcha de la Justicia » entre Ankara y Estambul. Su objetivo: denunciar un régimen cada vez más autoritario.
Detenida en el verano de 2016 bajo la acusación de formar parte de una organización armada, la escritora y periodista turca Asli Erdogan, se ha convertido en un símbolo para miles de víctimas de las purgas llevadas a cabo en Ankara. Liberada a finales de diciembre, tras 133 días en prisión, recuerda las condiciones de su encarcelamiento y el amargo sabor de su libertad.
La represión indiscriminada sucede a los atentados con bomba: Turquía se halla sumida en una espiral de venganza que debilita a los defensores del « no » a la guerra, como solución al conflicto kurdo, y aísla un poco más al país en el plano internacional.
« Hay que mantener la cooperación » con Ankara, afirma el presidente del Parlamento Europeo, en alusión a la crisis de los refugiados. El alemán, posible candidato a la reelección en enero, evoca un Tafta en « stand-by » tras la victoria de Trump y encuentra lecciones en el corazón del affaire Barroso.
El recién elegido presidente de Estados Unidos apuesta por el 'laisser-faire' y quiere dejar en manos de Putin la cuestión siria. La retirada de la zona sólo puede acarrear más guerras y un futuro todavía más caótico.
Casi dos meses después del sangriento intento de golpe de Estado perpetrado contra el Ejecutivo turco, se confirman los peores temores de aquellos que velan por defender los derechos humanos.
Erdoğan se ha inventado un nuevo enemigo: su antiguo aliado Fethullah Gülen y sus partidarios. Y todo con el fin de combatir las investigaciones por corrupción abiertas en 2013, que pusieron en jaque su futuro político al frente del Gobierno turco.
La UE ha comenzado a enviar a los refugiados de Grecia a Turquía. François Crépeau, relator especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, analiza el viraje de las políticas de los Veintiocho en la gestión del éxodo sirio.
Estos refugiados han tenido suerte: llegaron a suelo europeo antes de la puesta en marcha del acuerdo entre la UE y Turquía, que planea devolver a los recién llegados a territorio turco a partir del 4 de abril. Sin embargo, aún están lejos de su objetivo. Desde que la «ruta de los Balcanes» fue cerrada a principios de marzo, 50.000 de entre ellos se encuentran atrapados en Grecia, Macedonia y Serbia. Mediapart fue a su encuentro.