La empresa NSO afirma que sólo vende sus programas informáticos en el marco de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. Numerosos informes han demostrado ya su presencia en los teléfonos de periodistas y opositores de numerosos países.
En un momento en que las libertades y la vida privada están en el banquillo en casi todo el mundo a causa de la pandemia, Rusia pretende aprovecharse de ello para imponerse definitivamente como líder de la vigilancia a través del reconocimiento facial.
Mediapart ha podido consultar los documentos que detallan la vigilancia de la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encontraba refugiado el fundador de WikiLeaks. Se trata de un dispositivo de vigilancia digno de una película de espías. La justicia española acaba de acordar el estatus de « testigos protegidos » a tres exempleados de UC Global, la empresa de seguridad encargada del espionaje.
Decenas de Estados se encuentran, desde el lunes, en Ginebra para debatir un texto en el que los derechos humanos primen sobre los de las multinacionales. Mientras la sociedad civil presiona para sacar adelante el texto, Europa trata de frenar este tratado alternativo.
El 2 de junio, el Senado de EEUU aprobó la Freedom Act, ley que limita el acceso a los datos telefónicos por parte de los servicios de inteligencia. Ese mismo día, los senadores franceses iniciaban la revisión de la Ley de Inteligencia, que permite recabar datos « en tiempo real » en Internet.
El proyecto de ley de seguridad e inteligencia, que será votado el próximo 5 de mayo, instaura un sistema de vigilancia de la población, sin controles ni contrapesos eficaces. Al igual que todos los defensores de la libertad, asociaciones y profesionales afectados, autoridades administrativas implicadas, los actores de la revolución digital y Mediapart rechazan esta perversa ley. El lunes 4 de mayo, daremos cita a una jornada de movilización para oponernos a un atentado contra nuestras libertades fundamentales.