En mayo, Benny Briolly, miembro electo del ayuntamiento de Niterói (estado de Río de Janeiro), se vio obligada a abandonar Brasil para proteger su vida. La activista de izquierdas, negra y trans convirtió su exilio en una herramienta política y mediática.
Abofeteado por un hombre que coreaba un grito de guerra monárquico, el presidente de la República, Emmanuel Macron, llamó a « relativizar este incidente » y añadió: « Todo va bien ». No, todo va mal: este gesto expresa la violencia de la extrema derecha desatada por el cinismo y la irresponsabilidad del poder macronista.
Surgidos durante la dictadura como respuesta a la pequeña delincuencia, los grupos de exterminación continúan causando estragos en las zonas desheredadas del país. La llegada al poder del clan Bolsonaro ofrece a estos grupos paramilitares una impunidad todavía mayor que en el pasado.
Oficiales de la Policía Judicial de una comisaría parisina denuncian « instrucciones ilegales » de su jerarquía, en particular durante las manifestaciones de los « chalecos amarillos ». En un email que Mediapart ha podido consultar, aparece escrito que, bajo las órdenes de la Prefectura de Policía de París, los detenidos deben ser puestos sistemáticamente bajo custodia policial.
La primera medida significativa puesta en marcha por Jair Bolsonaro desde su llegada a la Presidencia consiste en flexibilizar la ley que regula la posesión de armas en Brasil. Esta promesa de campaña supone una victoria para el lobby armamentístico.
El mejor aliado del poder frente a los « chalecos amarillos » es la extrema derecha, cuya acción antisemita y racista arruina las exigencias democráticas y sociales del movimiento. La responsabilidad de la izquierda es, a partir de ahora, decisiva para evitar este frente a frente mortífero. Pues, a fuerza de divisiones y precauciones, la izquierda corre el riesgo de perderse este acontecimiento.
Cinco palestinos muertos y 400 heridos es el balance provisional de la última jornada de protestas en la frontera de Gaza con Israel. Mientras las investigaciones sobre lo ocurrido aumentan, Israel asume su estrategia de recurrir a la extrema violencia para disuadir a los palestinos de infiltrarse en su territorio. Una estrategia que se reveló contraproducente en el pasado.
El presidente turco y su primer ministro han ganado su apuesta: recuperar los votos que perdieron en las elecciones del pasado mes de junio. Su estrategia: una política pirómana y una campaña mediática basada en amordazar a las voces disidentes. Ahora quieren modificar la Constitución con los mismos medios.
Colombia es uno de los país del mundo con mayor número de desplazados internos. Las conversaciones de paz, junto con el programa emprendido por el gobierno colombiano para restituir las tierras, podrían acelerar el proceso y permitir a cientos de ciudadanos volver a sus hogares. Sin embargo, a día de hoy, los resultados son contradictorios.
Cuatro policías de Honduras mataron al hijo de Julieta Castellanos. La rectora de la Universidad de Tegucigalpa lucha por acabar con la impunidad que reina en un país gobernado por los narcos y la corrupción, hoy el más violento del mundo, donde se celebran elecciones presidenciales este domingo día 24 de noviembre.