Contra Marine Le Pen, nosotros votaremos por Emmanuel Macron el domingo 7 de mayo. No será para aprobar su programa, sino para defender la democracia como espacio de libre crítica, una crítica que no excluye las políticas del candidato de En Marche!. Puesto que con la extrema derecha identitaria y autoritaria, este derecho fundamental será, sin duda, cuestionado.
Votar contra Le Pen, votando a Macron, no significa votar a favor del programa de este último, sino que supone votar para defender la democracia como espacio de conflictos, en el que se cruzan intereses divergentes y causas enfrentadas, donde pueden manifestarse libremente sus contradicciones, su pluralismo, su diversidad, sus reivindicaciones y sus esperanzas, también frente a las políticas de una presidencia liderada por Macron.