El hombre que hundió el Rainbow Warrior ha roto por fin su silencio. 30 años después del atentado cometido por los servicios secretos franceses contra el buque insignia del movimiento ecologista Greenpeace –que llevaba a cabo una campaña en contra de los ensayos nucleares en el Pacífico–, el coronel Jean-Luc Kister se explica en una entrevista concedida a Mediapart. Estas declaraciones acompañan a su intervención en la televisión pública de Nueva Zelanda donde ha presentado sus excusas y ha pedido perdón a la familia de Fernando Pereira, el fotógrafo que perdió la vida como consecuencia de la explosión del navío.
« 30 años después de lo sucedido, cuando se han calmado los ánimos, y con la distancia que tengo respecto a mi vida profesional, creo personalmente que es el momento de manifestar mi profundo pesar y presentar mis disculpas. En primer lugar, a la familia de Fernando Pereira, sobre todo a su hija Marelle, por lo que yo denomino una muerte accidental y que ellos consideran un asesinato. También quiero pedir perdón a los miembros de Greenpeace que se encontraban aquella noche a bordo del Rainbow Warrior. Y, a continuación, al pueblo neozelandés que, no hay que olvidarlo, es un país amigo y aliado, en donde llevamos a cabo una operación clandestina inapropiada ».