La lentitud con la que se lleva a cabo la campaña de vacunación contra la Covid-19 y la controversia sobre la actitud de los laboratorios hacia los Estados son elementos potencialmente explosivos para el Gobierno de Macron. El pasado mes de julio, cuando Francia se recuperaba de una primera ola de la epidemia, alentada por una cruel falta de medios, especialmente de mascarillas, que obligaba a los franceses a un confinamiento total, Emmanuel Macron prometió: « Estaremos preparados en caso de una segunda ola ».
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