La mansión Saint-John, enclavada en la campiña verde de Jersey y vendida el año pasado por 20 millones de euros, parece sacada de un cuento de hadas. Un parque de 23 hectáreas, jardines japoneses, piscina, lago, cetrería y capilla, el caserón blanco es uno de los más bonitos de la isla, un famoso paraíso fiscal vinculado a la corona británica, situado a sólo 25 kilómetros de la costa de Normandía.
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