Estados Unidos y la violencia sexual como método de tortura

Por ANNE-LAURE PINEAU, SOPHIE TARDY-JOUBERT (COLLECTIF YOUPRESS)

La Administración de Bush generalizó, tras el 11-S, el empleo de agresivas « técnicas de interrogatorio reforzadas » para luchar contra el terrorismo. Los presos de Guantánamo y de Abu Ghraib fueron golpeados, pero también violados y agredidos sexualmente. Esta investigación forma parte de la operación « Zero Impunity », contra la impunidad que protege a los autores de violencias sexuales en conflictos armados.

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En el otoño de 2016, en Washington, las temperaturas fueron inusualmente altas. Calabazas y esqueletos de Hallowen penden de los árboles de hojas rojizas de los jardines de Georgetown, un barrio exclusivo de la capital federal donde transcurre la tranquila jubilación de John Rizzo, ex abogado general de la CIA. Cada mañana, antes de salir a pasear por las bonitas callejuelas bordeadas de viviendas unifamiliares de ladrillos de colores, se preocupa por combinar los calcetines con el polo elegido ese día. Hace 14 años, este dandi que peina canas formó parte del reducido grupo que, en secreto, en la sede de la CIA, convirtió en legal un nuevo método de interrogatorio: las llamadas técnicas reforzadas dirigidas a « acabar con la resistencia » de los prisioneros de la guerra contra el terror.