Treinta testigos llegados de Argentina, Sri Lanka o Francia han desfilado durante dos días en La Haya delante de jueces profesionales, encargados de una misión inédita: juzgar los « crímenes » de Monsanto, el rey de los organismos modificados genéticamente.
De nuestro enviado especial en La Haya (Países Bajos).- Dos madres iracundas fueron las primeras en tomar la palabra. Una es francesa; la otra, argentina. Antes de acudir a testificar, no se conocían. « Para mí es un honor ser la primera en hablar, de entre la larga lista de víctimas de Monsanto », avisa Sabine Grataloup. Acto seguido, distribuyó a los jueces, sentados frente a ella, fotos de su hijo, nacido hace nueve años con varias malformaciones: sufre atresia esofágica. Respira gracias a una traqueotomía. Este 20 de octubre, será sometido a una nueva intervención quirúrgica, la número 51. « Conlleva mucho sufrimiento y riesgos vitales para él, porque una traqueotomía puede obstruirse en cualquier momento », explica.