La reforma sistémica de las pensiones es crucial para el Gobierno de Emmanuel Macron. El Ejecutivo se aferra a la « jubilación por puntos » a pesar de la evidencia, en el mejor de los casos, de una indiscutible desconfianza, o bien del rechazo de este sistema por parte de la población. El miércoles 11 de diciembre, el primer ministro francés Édouard Philippe manifestaba su « determinación » a la hora de llevar a cabo esta reforma hasta el final. Esto plantea una cuestión central: ¿Por qué? Para dar respuesta a esta pregunta, se presentan varios elementos del lenguaje del Gobierno, pero todos revelan la verdadera naturaleza de esta reforma: la aceleración de la transformación neoliberal del país.
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