Karim Benzema asegura que no está entre los convocados por la selección francesa de fútbol por sus orígenes. Si la cuestión se plantea, mucho más allá de su caso en concreto, es porque los prejuicios raciales y la discriminación son moneda corriente en el fútbol en Francia.
El cóctel es perfecto: fútbol, política, racismo, vídeos sexuales. La antesala de la Eurocopa, que comienza este viernes 10 de junio, cuenta con todos los ingredientes. En un principio, se miró para otro lado: Benzema, empantanado en su affaire judicial, por si no tuviese bastante con lo suyo, considera que la decisión de no haber sido convocado para jugar con la selección está ligada al racismo en Francia. Después vinieron las reacciones de enojo. ¿Cómo se atreve? ¿Racismo? ¿En el fútbol? ¿Ese mundo tan puro, donde se le hace un sitio a negros y árabes? Thierry Braillard, ministro de Deportes francés, lo niega rotundamente: « Rotundamente, no. En esta federación no hay racismo ».