En teoría, las fronteras desaparecieron del interior de la Unión Europa gracias al acuerdo Schengen en 1985, aparecía entonces un espacio de libre circulación. En la práctica, estas han resurgido de sus cenizas de la mano de la crisis migratoria. Pero, estas nuevas fronteras solo afectan a ciertas personas: los migrantes. Decenas de miles de exiliados llegan desde el Cuerno de África, África Occidental y Medio Oriente, hasta Grecia o Italia, y es allí donde las barreras emergen. En Vitimille y en Calais, los inmigrantes sufren en su propia piel sus consecuencias: los refugiados se hacinan en campos a la espera de una posible brecha en el sistema. Las muertes se multiplican. Al menos once personas han perdido la vida tratando de atravesar el Canal de la Mancha desde el pasado día 1 de junio.
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