Fue el viernes 17 de enero por la mañana. Avería en la línea de tren de cercanías RER A durante varias horas. « Accidente con víctimas personales », se podía leer en las pantallas. Suicidio, según habrían de recoger poco después algunos despachos de agencia. N. F. se lanzó al paso de un tren por la estación de Auber. Trabajaba en Orange-France Télécom, en la división de atención al cliente, en Poncelet, en París. Tenía 42 años y sufría en el trabajo de ese malestar que carcome a la que fuera empresa pública de correos y telégrafos, tras su privatización y con la consiguiente puesta en marcha del plan de restructuración Next del expresidente ejecutivo Didier Lombard. Todo el mundo lo sabía. Su jefe responsable del supuesto acoso laboral. El comité de higiene, de seguridad y de condiciones laborales. La Inspección de trabajo que está llevando a cabo una investigación…
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