El Frente Nacional ha sido la formación más votada, al obtener el 24,85% de los sufragios emitidos, muy por delante de sus adversarios, la UMP y el PS. Esta tendencia es fruto de una estrategia de implantación local y de conquista de las clases populares, todo ello puesto en práctica por Marine Le Pen a su llegada a la cabeza del partido en 2011.
El Frente Nacional (FN) ha sido la formación más votada en las elecciones europeas del 25 de mayo, al obtener el 24,85% de los sufragios emitidos. Estos resultados suponen un nuevo máximo, pulverizando su propio récord, registrado en 1989, cuando el FN alcanzó el 11,7% de los votos. Pero lo que llama la atención es la brecha que los separa de sus adversarios. El partido lepenista ha sacado cuatro puntos más que la UMP (20,8% de los votos) y más de 10 puntos al PS (13,98%). Estos resultados, que se traducen en 24 diputados en el Parlamento Europeo, frente a los tres escaños con que contaba hasta la fecha, son fruto de la estrategia de implantación local y de conquista de las clases populares concebida por Marine Le Pen desde hace años y que puso en práctica a su llegada a la cabeza del partido, en 2011.