Para el Gobierno de Budapest, se trata simultáneamente de una victoria y de una derrota. El 98,3% de los electores húngaros, que acudieron a las urnas el domingo 2 de octubre, respondía al llamamiento de Victor Orbán y votaban no a la pregunta plebiscitaria: « ¿Aprueba que la Unión Europea pueda imponer el establecimiento en Hungría de ciudadanos no húngaros sin el aval del Parlamento Nacional? ». No obstante, sólo se movilizó el 43,35% del electorado: una participación que se encuentra muy por debajo del umbral del 50% necesario para que la consulta sea válida.
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