En siete años de guerra, el conflicto sirio ha producido tantas atrocidades que terminan por olvidarse. Los ataques químicos suceden a los bombardeos indiscriminados, la palabra de las víctimas de torturas sucede a las imágenes de ejecuciones sumarias. Sin embargo, algunos crímenes permanecen y no sólo en el recuerdo de los supervivientes y en los informes de las ONG. Por ejemplo, la Justicia francesa instruye uno de esos viejos crímenes de comienzos del conflicto que podría, si el proceso judicial culmina, inculpar por crímenes de guerra a al menos tres altos responsables del régimen sirio, entre ellos el propio hermano de Bashar al-Assad, Maher.
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