Hasta hace poco, la mera sugerencia de la posibilidad de abrir un debate sobre una III República española valía recibir una mirada entre extrañada y conmiserativa. Ocurre que la monarquía se ha convertido ahora en un problema en sí mismo y el cambio en la forma de Estado podría ser la clave de bóveda de la regeneración de la democracia española. Por Javier Valenzuela de infoLibre.
Acceso a los artículos es sólo para suscriptores.
Login
HastaHasta hace bien poco, la mera sugerencia de la posibilidad de abrir un debate sobre una III República española ante gente del establishment político y mediático madrileño, te valía recibir una mirada entre extrañada y conmiserativa, cual si estuvieras loco de atar. Incluso –sobre todo– si eran políticos, periodistas o intelectuales orgánicos de la Vieja Guardia felipista.