Los militares en las calles de Santiago de Chile, la plaza de Urquinaona de Barcelona en llamas, las barricadas que emergen en las calles de Beirut… Mientras que la Francia política y mediática se apasiona por un símbolo musulmán como el velo, el mundo parece arder. Pues las escenas de revueltas violentas que han marcado los últimos días no son casos aislados. Son precedidas de acontecimientos similares en Ecuador, Haití (donde la revuelta popular continua), en Irak, en Egipto, en Indonesia, en Hong Kong, en Colombia… Sin olvidar los movimientos populares del pasado invierno en Zimbabue, Nicaragua, Rumania y Serbia, o, por supuesto, los chalecos amarillos en Francia.
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